lunes, noviembre 13, 2006

Algunas anécdotas zoologicas


Mientras el semestre entra rápidamente en su recta final, y mi cabeza está cada vez más en Argentina, hay que hacer un esfuerzo extra para reorganizarse y tratar de ir concretando todas esas cosas que uno tiene en el "To-Do". Ya me dieron la nota de mi segundo examen (estoy cursando una sola materia "posta", los demás son seminarios y cosas por el estilo), que fue exactamente igual a la del anterior - y sí, fue alta, ya me conocen. Y el próximo examen ya es el final, el 19 de diciembre.

Por eso es que el fin de semana opté por no hacer nada de la uni, y aprovechar el sábado soleado y cálido que se presentaba, en vez de quedarme en el dungeon. Una buena elección, puesto que el domingo hubo una buena tormentita, llovió y el viento se llevó la mayor parte de las hojas que quedaban. Y tras una larga caminata, saqué algunas fotitos que subí a su respectivo WebAlbum, donde se ven no solo los colores del otoño, sino también de algunas de las costumbres locales (justo había partido esa tarde, así que saqué algunas fotos del tailgating, que describí en un post anterior).

Mis paseos suelen hacerme entrar en contacto con la fauna local (y no me refiero a la fauna homínida en este caso). Ya en otras ocasiones me había topado con algún que otro bicho peculiar: ardillas (son como gorriones), tejones, mapaches, conejos... Pero admito que encontrarme ciervos es algo a lo que todavía no me acostumbro. Pero mejor que lo haga pronto, porque me van a matar de un susto un día de estos en que me agarren distraídos. Sin ir más lejos, el sábado volvía a la tarde, cargado de fruta y mi twelve-pack de Cocas, cuando en el tramo casi nocturno del bosquecito que hay entre el campus y mi barrio, me topé con tres ciervos. Y en vez de salir corriendo, como los ciervos normales (y sensatos) suelen hacer, se quedaron parados, como bobos, viendo que hacía. Jeje, claro que hice lo mismo. Como vi que no se iban, hice un "shu shu" a ver si pensaban alejarse... la verdad que estaba oscurito, y de mi experiencia en la Isla Victoria, sé que los ciervos no son agresivos, pero me daba un poco de cosa darle la espalda a un animal que, aunque pequeño, podía tener algún tipo de cornamenta y muy mal caracter. Y como seguían sin decidirse, opté por hacer lo que, según mi experiencia, siempre espanta automáticamente a cualquier animal: sacar la cámara de fotos. Pero oh!, para mi sorpresa, se quedaron piolas. Así que tiré unas cuantas fotos en la oscuridad, comprobando la escasa utilidad de mi cámara a tal fin, pero bueno, al menos alguna evidencia quedó.

Gusanitoooos!!!

Mientras tanto, sigo avanzando de a poco en mis indagaciones sobre mis sujetos experimentales y sus pormenores. Estuve poniendo a prueba mi pulso extrayendo los embriones (dentro de sus huevos) de los cocoons puestos por Tubifex tubifex, un oligoqueto que habita el barrito en el fondo de estanques, lagunas y arroyos, y que muchos de mis coleguillas deberían recordar de nuestras clases con Liliana, porque es el hospedador intermediario de Myxobolus cerebralis, el myxosporídeo causante de la enfermedad del torneo (whirling disease) en numerosos peces.
De hecho, a su izquierda pueden observar una vista dorsal de un embrión. La cabecita está arriba, la colita abajo, el vientre es el margen que apunta hacia arriba y derecha, mientras que el dorso está para el lado opuesto, bordeado por la masa oscura conformada por abundante vitelo. A diferencia de los típicos huevos de vertebrados, en este la epibolia ocurre desde el vientre hacia la línea media dorsal (para los que no están muy al tanto, epibolia es un proceso que ocurre en el desarrollo del embrion, en que una capa de células crece y se extiende como una manta por encima de otras partes del embrión, encerrando esas partes debajo de un epitelio - en general, las "mantas" de células que van a formar los músculos y la piel recubren de esta manera las células que van a formar el tubo digestivo). Hay otras cositas muy interesantes que comentaré en otro momento.

Cambiando de especie, les presento a Chaetogaster diaphanus. Este lindo animalito, de nombre tan faérico, es uno de los predadores de la familia. A diferencia de sus primos, es carnívoro, y bastante voraz. Mientras que las otras especies pueden cultivarse con bastante abandono, porque se entretienen comiendo algas que se autorenuevan, estos señoritos requieren más atención: específicamente, sacar de otro cultivo, típicamente de la especie Allonais paraguaiensis, un buen numero de individuos, que tras ser concentrados en una pequeña placa de petri, son procesados adecuadamente (o sea, cortados en pedacitos muy chiquitos con una gilette), son vertidos en el cultivo de C. diaphanus. El resultado es digno de verse, y en algún momento, cuando compremos la camarita para la lupa (por ahora solo tenemos en el microscopio), pondré un video, porque vale la pena: las presas (segmentos) son de un color anaranjado, mientras que el predador es totalmente transparente. El resultado, sí!, es que se ve como se los tragan y los van digiriendo... y sí!, las presas se mueven todavía en el estómago del predador. 100% gore!

Bueno, suficiente biología por hoy. Los dejo con el título de uno de los tratados de Jean-Baptiste Pierre Antoine de Monet, Caballero de Lamarck (o simplemente Lamarck, para los amigos), que encontré buscando unos trabajos alemanes de los años '20, y que me pareció particularmente divertido:
Lamarck, Jean Baptiste Pierre Antoine de Monet de, 1815 -
Histoire naturelle des animaux sans vertèbres: présentant les caractères généraux et particuliers de ces animaux, leur distribution, leurs genres, et la citation des principales espéces qui s’y rapportent : précédée d’une introduction offrant la détermination des caractères essentiels de l’animal, sa distinction du végétal et des autres corps naturels : enfin, l’exposition des principes fondamentaux de la zoologie

O sea... y yo que me quejo de que el título de mi tesis es insufriblemente largo, bien podría haberle puesto al final "...; en fin, de los pescaditos esos."

domingo, noviembre 05, 2006

Otoño en College Park

Los días se hacen semanas, las semanas meses, y ya empiezan a ser plurales los que cuentan desde mi llegada a la Tierra de los Gratuitos (así es como le dicen en las pelis y en los discursos, the Land of the Free). El verano rabioso que me recibió quedó atrás, y hace ya como un mes que trocó repentinamente en otoño, con un marcado descenso de la temperatura y una cantidad moderada de lluvia. Tras un par de empapadas, empecé a adoptar algunas de las costumbres que siempre me fueron ajenas. Por ejemplo, me compré un paraguas.

Y a medida que pasa el tiempo, me doy cuenta de los pormenores de mi proceso de adaptación. Por un lado, estoy empezando a entender de a poco cómo funciona el sistema universitario y educativo de por acá. Y también estoy viendo cómo resulta, y el estilo de los estudiantes. Los estudiantes de grado (undergraduates, o simplemente undergrads) se dividen en cuatro cohortes, denominadas freshmen, sophomores, juniors y seniors. Todavía no sé si ese título es simplemente la traducción de la cantidad de años que llevan estudiando, o es porque han juntado cierta cantidad de créditos. Capaz que es como los títulos del D&D original, en que cada nivel, comprado con arduos puntos de experiencia, tenía un nombre asociado. Lo cierto es que la sensación general que dan en conjunto es que son adolescentes "pasados de edad". Vamos, que son unos grandulones bastante pavos en general. Hay muchas excepciones, no es cuestión de pensar que todos son así... pero me parece que el grado de inmadurez es notablemente más marcado que lo que he visto en Argentina. Sobre todo para años superiores (porque vamos, que a primer año entra cada uno...).

Eso es algo que sale de mis observaciones en el rubro docente (que no son muchas, porque mi actual posición no me fuerza a demasiado intercambio con los estudiantes).

En lo que hace a la investigación, sigo trabajando en los patrones de regeneración celular y la respuesta ante mutilaciones y otras heridas (suena un poco fuerte, lo sé, pero uso anestesia, no sea que la Asamblea por los Derechos Anélidos se me eche encima; y lo que les corto les crece de nuevo... y, como dijera el Dr. Macchi, "igual se iban a morir"). Y mientras practico en esto de hacer tareas de laboratorio, seguir protocolos y demás, también pongo a prueba los tiempos y técnicas de análisis de datos. Un buen ejercicio, que ya veremos a dónde nos lleva.

Pero la novedad del mes es que Alexa compró una compu para que use en el lab. Y, tal como me habia advertido, el laboratorio es un laboratorio Mac, así que, aunque sabía que yo era un "tipo PC", me iba a tocar una Mac. Estuvimos mirando modelos, y por desgracia las eMacs que hay en el lab ya no se venden más. Así que no quedó otra que comprar una iMac. Mientras que yo sugerí que de los dos modelos de 17" convenía comprar el que traía DVD-R/RW, ella unilateralmente decidió comprar el de 20". En fin, no le voy a discutir a la jefa...
Cuando finalmente llegó la maquinita, me puse a instalarla (bueno, ahjem, no hay mucho que hacer, es una sola pieza, y tiene dos cables, el de electricidad y el del teclado+mouse). Como algunos sabran, los mouses (bueno, los mice) de Mac solo tienen un botón, y todos sabemos que la vida es imposible sin poder hacer click derecho. Yo sabía que eso iba a ser traumático, y por eso lo primero que hice fue conectar timidamente el mouse de mi notebook. Y anduvo. Solucionado... bueno, aunque el mouse de la Mac era bonito también, y a falta de botón derecho tenía uno lateral que ordena las ventanas inmediatamente, y una bolita (no ruedita, bo-li-ta) que permite hacer scroll en dos dimensiones y click para traer el dashboard, una especie de escritorio secundario. Y pronto descubrí que podía emular un click derecho apretando Ctrl. Y a la semana me encontré con que ya no usaba el mouse de la PC. Y encima, resulta que el sistema operativo está montado sobre un kernel tipo Linux/BSD! Así que la Mac-o-fobia se me pasó bastante rápido, che.

Me caso, viteh...

Aprovecho que actualizo el blog después de tanto tiempo para publicitar oficialmente (y para que hasta el mas caido del catre se de por enterado) de que Paula y yo contraeremos nuestras primeras nupcias en una sencilla ceremonia en Enero próximo. Yo viajo para las Fiestas para Argentina, pasaremos Navidad en Venado Tuerto, y Año Nuevo en Bariloche. Tras bastante meditación y algo de estrés, decidimos que la Fiesta no la vamos a hacer hasta más adelante. Celebraremos el evento con una seguidilla de reuniones y asados nucleando a nuestros distintos círculos sociales, pero la Fiesta (con mayúscula) la vamos a postergar a fin de poder planificarla mucho mejor, con más tiempo y (ojalá) dinero. De todos modos, en cuanto confirmemos la fecha para el civil lo haremos saber para quienes quieran anotarlo en su agenda.

Feliz día del rolero!
Desde este público sitial, mando un saludo y un abrazo para todos los roleros, en conmemoración del Día de Dungeons & Dragons, y por extensión, de los jugadores de rol, que se celebró el sábado 4 de noviembre pasado. De hecho, motivado por la efemeride, me lancé en una expedición rumbo a lo desconocido (posta, a la aventura total) hasta un negocio de hobbies ubicado a una hora de viaje, y me integré rápidamente a una mesa de juego para jugar una aventura corta, pero emocionante junto con gente de variopintas edades y experiencias, pero de similares aficiones. Y debo decir que por primera vez me sentí muy a gusto rodeado de "nativos". Y con un poco de suerte consigo un grupo para jugar más seguido, lo que en esta tierra de gente socialmente insulsa, no es poco decir.

Choque cultural

Bueno, a unos meses de estar acá, ya entiendo en carne propia algunas de las cosas de las que había oído a otros quejarse. Dicho lisa y llanamente, los nativos son bastante aburridos. Hasta el momento, los grupos de amigos más interesantes están compuestos principalmente por extranjeros como uno. No voy a transformar el blog en un libro de quejas, pero la verdad es que se extraña un poco el ambiente argentino, y la parranda catalana.

Eso sí, aproveché para hacer algo de antropología, y saqué tickets (gratuitos para estudiantes) para los principales deportes locales: futbol americano y basquet. En el primer caso, me encontré con una costumbre que desconocía por completo: el tailgating. Consiste básicamente en que los aficionados llegan unas horas antes al estadio donde se juega el partido, estacionan sus coches (todos grandes, los coches de acá son todos grandes, el tamaño estandar es el sedán, y de ahí para arriba, incluyendo 4x4 ridiculamente grandes) en la playa de estacionamiento, y allí mismo, en el asfalto, al lado del coche, arman un picnic. Y de sus enormes baules sacan un arsenal que deslumbraría al más pintado de los domingueros argentinos: mesas, sillas, heladeras portátiles, barbacoas (esas latas con patas llenas de querosén que encienden fuego para carbonizar los pobres pedazos de carne antes de comerlos), y un etcétera muy largo. Todos beben cantidades industriales de cerveza hasta emborracharse (beben cantidad para poder emborracharse - si acá el boom son las cervezas light, que son como más aguaditas... imaginense una Budweiser... ahora imaginenla más suave todavía... si les cuesta imaginarselo, sírvanse un vaso de agua, hagan como que tiene color a pis, y ya está, se hicieron la idea, no?). Y luego, parten todos excitados al estadio.

Bueno, por otro lado, fue una de las pocas veces que vi gente toda emocionada y excitada. Aunque debo decir que el futbol americano (perdón Gustavo, yo sé que a vos estas cosas te encantan) que me resultó más aburrido que chupar un clavo. Cualquiera que estuvo en una cancha de fútbol de en serio sabe que en general no hace falta ni mirar el partido para sentirse parte de una masa emocional humana. Mmmm, esto no tiene mucho que ver. Están todos concentrados en sus bandejas de comida, comentando sobre tal o cual jugador, o demasiado borrachos para cualquiera de las dos cosas. Y claro, yo los entiendo, el partido se detiene cada 10 a 15 segundos mientras cada equipo se esfuerza por turnos en avanzar metro a metro con la dichosa pelota que no es redonda. Y vuelta todos a formarse... y tomá, corré, uy, te agarré... y todo se para, y de vuelta todos a formarse... Y en algún momento uno agarra y patea la pelota para que pase por el arco (sí, es un arco, está al revés y no tiene arquero, pero bueno...) y todos festejan. Y vuelta a empezar. Y encima hacía un frío de cagarse, así que al tercer "tocada de bajo" (touchdown) me empaqué y me fui a casa.

El partido de basquet estuvo más decente, sobre todo porque el estadio es cerrado, y la verdad es que es un deporte más entretenido. Pero esta vez lo que me molestó es la actitud llanamente desagradable (y oficial) de los fans: el guion era sencillo - abuchear cada vez que el equipo visitante tiene la pelota, y gritarles "you suck" cuando entran a la cancha o cuando fallan un penal. El equipo visitante era canadiense, y había tres tarados adelante mío que se entretenían diciendo estupideces de bastante mal gusto a los jugadores, a tal punto que daban bastantes ganas de darle un voleo en la nuca, o mejor aún, llevarlo solito a los vestuarios de sus "odiados enemigos canadienses".

Pero bueno, al menos me saqué la duda del tema deportivo. Así puedo hablar con conocimiento de causa.

Bueno, suficiente por hoy. Tengo ganas de poner algunos álbumes de fotos de esos todos retro, así que prepárense ;)