sábado, enero 07, 2006

Año nuevo, los reyes, y la rutina laboral...

Otra semana que se acabó por estos pagos. El invierno, aunque sigue siendo suave en mi percepción, se torna cada vez más húmedo, y la ciudad condal se envuelve en un gris que hace buen contraste con el color un poco más límpido que adquieren las fachadas tras la lluvia. Lluvia que no me consta mucho aún, porque o bien yo tengo mucha suerte y siempre estoy bajo techo, o en el suelo acaba más agua de la que cae como lluvia. Pero bueno, hace un rato calló un buen chubasco, suerte que estaba acá adentro cocinando :P

Año nuevo

Hay una costumbre local española para el año nuevo, que consiste en reunirse en la plaza del pueblo o barrio, cerca de un reloj, y comerse una uva por cada una de las doce campanadas de la medianoche del 31 de diciembre. Yo ya la había practicado en mis anteriores cambios de año en España (este es el cuarto ya). Sin embargo, la víspera de Año Nuevo la pasamos con Pablito en casa, hicimos una picada abundante, y decidimos implementar nuestra propia variante. Dado que no habíamos comprado uvas, consideramos que lo mismo daba una uva que alguno de sus derivados. Y como contábamos con un botellín de champagne francés que le había traído Fido de regalo el año pasado, nos pareció que era el momento adecuado para abrirlo: un ¡pop! de agradable resonancia en el balcón de Mozart, el sonido del corcho cayendo sobre la vereda, y unas copas de brandy reposando el champagne listo para los doce sorbos con las campanadas.

Mientras tanto, tras conectar mi cámara de fotos en su modalidad de webcam, había estado un rato mostrándole la casa a mamá, y tras el brindis de año nuevo, montamos una pequeña videoconferencia con la casa de papá. ¡Benditas las nuevas telecomunicaciones, que todo lo acercan! Este es el momento ideal para disfrutar de este tipo de tecnologías: cuando ya son suficientemente simples y baratas como para resultar accesibles, pero aún suficientemente novedosas como para causar una sensación especial...

La semana

Bueno, la semana transcurrió un tanto sumida en la rutina laboral, por primera vez desde que estoy acá. El trabajo, bueno, no es el sueño del biólogo o el informático, pero todavía me la paso bastante bien, me entretengo con las llamadas, aunque al comienzo de la semana la verdad que el panorama es medio tétrico. Algo creo haber comentado al respecto del mismo, estoy en un servicio de recepción de llamadas de "información", pero nuestro objetivo es dar altas en el servicio de datos/telefonía para el cual trabajamos. Es un poco molesto tener que ponerse en insistente para que el que llame te de el ok para darlo de alta cuando solo quería informarse. Pero bueno, más allá de eso, si el que llama es mínimamente inteligente, no se va a dejar convencer tan fácil :P . Y lo cierto es que mucha gente que llama ya está decidida a darse de alta. Pero hay otros que llaman muy enojados, o quemados por experiencias previas, y te largan toda su desconfianza... y dado que todas las conversaciones quedan grabadas, uno no puede siempre decirlo lo que realmente piensa, es decir, que las empresas son todas una mierda y que lo único que les interesa es vender todo lo que puedan, y que en vez de proveer de atención directa a los clientes, contratan call-centers como este en el que trabajo, para hacer de colchón y aislante. Claro que a veces a algunos no les alcanzaría con decirles eso... pero bueno, un trabajo es un trabajo.

Sin embargo, descubrí que lo que más me cuesta es mentir. No descaradamente, como hacen algunos comerciales (sobre todo aquellos comerciales que trabajan exclusivamente a comisión, que si no venden no cobran nada, y que mienten a veces a mansalva). Pero a veces simplemente garantizarle al cliente que "no va a tener ningún inconveniente con el servicio porque nuestra empresa brinda servicios de excelente calidad" me resuena en el hígado como una mentira de la peor... después de todo, la verdad que sabe que no es así, sobre todo cuando acaba de atender una serie de llamadas de gente a la que vienen peloteando entre el servicio de atención al cliente y el de ventas porque nadie sabe qué hacer con su problema particular (que suele ser el problema de muchos). De hecho, ni siquiera tenemos un sistema para asentar la queja del cliente y que le llegue a la empresa, pero a veces la única manera de que el pobre nos corte la llamada es decirle que eso es lo que vamos a hacer.

Por lo demás, el ambiente por ahora me resulta divertido, hablar con mis compañeros en los descansos, o mientras tenemos un cliente a la espera haciéndole creer que estamos averiguandole algo :P

Reyes...

En la víspera de Reyes fuimos con Pablito a La Paloma, un antiguo teatro reconvertido a disco electrónica. La verdad es que el lugar está bueno, al entrar me acordé inmediatamente de Moulin Rouge (el de la peli, el de verdad no lo conozco), y creo que apunta a ese mismo estilo. Fuimos a la Bongo Lounge, la noche de los jueves animada por los Dope Brothers, puesto que es para cuando conseguimos entradas gratis. Musiquita house con un toque étnico, dj y músicos de soporte en vivo, bailarinas y bailarín turnándose para danzar sobre una plataforma circular en el escenario... la verdad que estaba pintoresco. Conozco a más de uno/a que le encantaría venir a verlo. Luego, a acostarse temprano (o sea, a las 6) que al día siguiente había que trabajar. ¡Qué suerte esto de entrar a trabajar a las 4!

El viernes me tocó trabajar el primer día feriado. Acá el 6, día de reyes, es feriado. En Argentina me parece que no, pero la verdad es que no estoy seguro. Bueno, los feriados son el aburrimiento total en este trabajo, porque muy poca gente se dedica a hacer trámites en esos días... están más preocupados por juntarse y seguir comiendo y comprando en los centros comerciales. Así que tuvimos muy pocas llamadas en el call-center, y resultó divertido hacer corrillos con nuestras sillas con rueditas, todos enganchados a los auriculares, y con alguno que cada tanto salía disparado al recibir una llamada y salirse de la conversación para atender al cliente con el ya automático "Buenas tardes, bienvenido al equipo de Jazztel, mi nombre es...".

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