domingo, agosto 20, 2006

La primera semana

A pedido del público, voy a hacer, ahora sí, un breve resumen de mi primera semana en los Estados Unidos. Comenzaré, por supuesto, con mis últimos días en Argentina.


Mi Buenos Aires queridoooo…

… cuando yo te vuelva a veeeer. Buenos Aires, mi ciudad natal, que ahora es la que me ve pasar siempre de camino a algún sitio distinto. Lo cierto es que pasé por Baires, alojándome como es habitual en casa de mi querida Tania, por unos pocos y fugaces días. Cualquiera que haya pasado por la situación de “estar por irse” sabrá qué sensación más incómoda que produce: una mezcla de añoranza por el lugar que está por dejar, y de ansiedad por llegar a destino, aunque sea para dejar de sentirse así. Así que reservé el poco tiempo que quedaba en Argentina con mis hermanitas (las tres, reunidas en evento extraordinario), y así llegué a Ezeiza.

Cabe recordar que mi llegada a la capital coincidió con un notable revuelo en Londres causado por el “desenmascaramiento” (¿?) de un plan terrorista para hacer explotar aviones en el aire usando explosivos líquidos disimulados como pastas de dientes o perfumes. Total, que había un estado de alerta (y por consiguiente, de caos) respecto a las medidas de seguridad a tomar. Cuando llegaron rumores de que no se podía llevar equipaje de mano en absoluto, decidí llamar a Delta (la aerolínea que habría de traerme a USA), y un amable cubano de Miami me explicó con detalle qué llevar y que no en el equipaje de mano (ajá, si podía llevarlo), y que tenía que, eso sí, transportarlo todo en bolsas de plástico transparente. Oh, vaya, eso sí que es una idea excelente! Si han viajado en avión, saben bien lo que uno siempre lleva en el equipaje de mano: los documentos y el dinero, algún que otro libro, y todos los objetos frágiles o valiosos (y típicamente densos y pesados) que uno no quiere dejar a la buena de dios en una maleta que sabemos que será observada, vapuleada, y, por qué no, saqueada, durante el lapso entre que nos desprendemos de ella y nos es devuelta tras una angustiosa espera en una lenta cinta transportadora. O sea, imagínense intentando llevar la notebook en una bolsita de plástico transparente, las del supermercado para la fruta por ejemplo. Imagínense todas las cosas en veinte bolsitas (porque con el peso de todo no hay bolsa única que aguante). Imagínense la bolsa rompiéndose en la mitad del aeropuerto, desparramando los cds/documentos/libros! ¿Se imaginaron? Qué bueno, porque yo también, y opté por ignorar semejante ridiculez.

Cosa que resultó buena decisión, porque hubiera pasado una vergüenza terrible apareciéndome con las veinte bolsas yo solo (como hubiera pasado, porque obviamente que no había nadie con su equipaje de mano distribuido como si lo acabara de comprar en el supermercado). Eso sí, el otro consejo que me dio el miamense de Delta sí fue bueno: que no me preocupara por perder el vuelo de conexión, que me daban lugar en el siguiente sin dramas. Y eso fue bueno, porque obviamente perdí ese vuelo. Ya llego a eso…

Ezeiza, cola para el check-in, al entrar una chica me hace preguntas de rigor (“¿fue usted quien armó su equipaje? ¿nadie le pidió llevar algo sin saber qué es?”) y me deja entrar a una cola lentísima tras pasarse un buen rato tratando de darme un pasaje. Al llegar, la muchachita pretende cobrarme 25 dólares de sobrepeso porque una de las valijas estaba excedida en 1 kg. Pasé la tirada de persuasión y me ahorré el gasto. Acto seguido, voy a pagar la tasa de aeropuerto (robo único en el mundo, escuchaba a los extranjeros quejándose por lo desubicado de la tasa), hala!, 18 dolores, tenía 17 verdes y una moneda de 1 euro, pero por supuesto no me podían aceptar un pago mixto. ¡Má sí, tomá la tarjeta! Vamolón para entrar al chequeo de seguridad, antes sesión de fotos de despedida, y se me adelanta un equipo de deportistas ingleses que se iban de juerga a Barcelona. Genial. Bueno, control de seguridad, fuera hasta los zapatos. Llegamos a la puerta de embarque, me siento, llega el personal de delta, nos hace pararnos, salir, y volver a entrar previa revisión de los contenidos del equipaje de mano (¿cómo? ¿no me dicen nada de que no traje mis cosas en bolsitas de plástico?). Subimos al avión, salimos, viajamos, llegamos sin incidentes. Bueno, sí hubo un incidente, o mejor dicho, una anécdota: al cenar, pedí vino tinto, y la azafata me preguntó si era mayor de edad :P Me sirvió un Syrah (Shiraz) californiano que estaba rico, suavecito, fácil de tomar y fácil de olvidar.

Cuestión que aterrizamos en Atlanta, y a hacer la cola de inmigraciones. Mi vuelo original se fue cuando todavía estaba en esa cola. Por suerte siempre uno puede hacer sociales: esta vez tocaron una rosarina y una uruguaya (sólo charlamos, ni siquiera intercambiamos información de contacto). Llega mi turno, le muestro mi pasaporte, visa e I-20 a la oficial de inmigraciones. “So, you’re gonna be a doctor” dijo, y hizo sentir muy contento =)

Pasados los controles de inmigración y aduana, recuperé mi equipaje, pedí un vuelo nuevo a Washington, y despaché mi equipaje nuevamente. Allí, otra cola, otro control de seguridad aeroportuaria, y de nuevo como pasajero en tránsito. El aeropuerto internacional de Atlanta es tan grande, que hay como un subte que te lleva de una terminal a la otra. Subí a mi vuelo, y a eso de las 12 del mediodía, aterricé en medio de Washington DC.

Monday – Getting home

Cuando llegué a Atlanta, llamé a James, mi compañero de lab, y a Tony, mi arrendatario, para avisarles que había llegado. En el Reagan Internacional Airport hay una estación de metro (38°51'10.81"N; 77° 2'36.50"W), así que me vine en metro hasta la estación de Prince George Plaza (38°57'54.91"N; 76°57'21.56"W) y llamé a Tony, quien se había ofrecido para venirme a buscar y llevarme hasta su casa (y mí habitación). Llegó y vinimos a la que será mi hogar por al menos seis meses. La casa está en una de las tantas localidades que componen los suburbios de Washington DC (o sólo DC), que se llama University Park (el campús está en la localidad de al lado, en College Park). El barrio es muy bonito, todas casas de ladrillo y techo a dos aguas, metida en un bosque templado, lleno de ardillas y aves varias. Mucho verde, calles tranquilas con coches que circulan despacio.

La casa en sí (38°58'28.78"N; 76°57'1.48"W) tiene el formato típico, planta baja y alta y un sótano, que solo está enterrado en la mitad inferior (o sea, tiene ventana que da al exterior). En la planta alta, hay dos habitaciones, un baño y un altillo. En la más grande de las habitaciones estoy yo, y en la otra está Steve, un chico que estudia algo de ingenieria de incendios forestales, o algo así. La habitación en sí es de unos 4x4 metros aprox, más un closet bastante grande, que incluso puede usarse como estudio con un escritorio chico y un velador. Hay una cama tipo somier, de plaza y media, una heladera tamaño familiar, una tele y un par de mesitas ratonas con rueditas. Hay ventanales en dos de las paredes, y mucha luz durante todo el día. En fin, que está muy bien.

Tras acomodarme, guardar mi ropa en el closet y descansar un toque, descubrí mi primer desafío relacionado con el shock cultural: los enchufes. Con horror, me di cuenta de que no tenía ni un adaptador adecuado, y que lo único que podía enchufar era el cargador del teléfono, porque viene con enchufe dual. Acá la toma es de dos patas planas y paralelas, de tamaños distintos, y una toma a tierra redondeada. De hecho, la toma parece un smiley! Por suerte, Tony tiene una notebook compaq, y un cable compatible con la mía. Así me pude conectar sin miedo a quedarme sin batería.

Pasado el mediodía, salí con mi mapa rumbo al campus, al que arribé tras una media hora de caminata. Acordándome de mi pasada por allí en abril, fui hasta el Biology-Psychology Building (38°59'19.11"N; 76°56'33.90"W) y bajé hasta el lab para encontrarme con James. Estuve un ratito ahí, y luego se ofreció a llevarme de compras. Así que fuimos a un RadioShack, donde conseguí un cable adecuado para la compu y dos adaptadores, y luego fuimos al Prince George Plaza Mall, donde adquirí un popurrí de cosas que necesitaba, tales como sábanas, una almohada, alimentos varios, y etcétera. Luego me despedí y me quedé en casa el resto de la noche.

Tuesday – Landing

El martes pasé la mañana en casa, y después del mediodía puse rumbo a la uni. Pasé por la oficina de los Internacional Education Services (IES) donde verifiqué que estaba registrado para las sesiones de orientación de la semana siguiente, y me dijeron que al día siguiente había una Welcome Session. También me llegó un mail de Patty Shields, una de las profesoras a cargo de la materia para la que voy a ser asistente de docencia, y quedé pasar por su oficina el miércoles. Estuve imprimiendo unos papers que Alexa me dejó (Alexa Bely es mi academia advisor, la jefa del lab, y llega el lunes) como lecturas de base, y después nos fuimos con James a tomar algo. Fuimos a un barcito, y nos entretuvimos con el espectáculo algo decadente de dos muchachitas (undergrads probablemente) algo alcoholizadas que estaban un tanto, como decirlo, exaltadas digamos… En ese momento, como en otros, me sentí adentro de una película: el acento, las caras, los lugares comunes (una de las chicas al parecer era o había sido cheerleader de uno de los equipos locales)… Terminado el espectáculo (y las cervezas) nos fuimos a un local de comida rápida mejicana, donde cenamos (a la luz del sol) y después James me dejó en casa.

Wednesday – Getting into paperwork

Tras remolonear durante la mañana y almorzar, fui para el campus a fin de llegarme a la Welcome Session. Al entrar, observé que la gran mayoría de la comunidad internacional está compuesta por hindúes y orientales (chinos, koreanos, tailandeses, etc.). Había dos chicas rumanas, algunos mejicanos, y una con pinta europea a la que no pude asignar nacionalidad hasta que le vi el pasaporte argentino :P

Nos hicieron llenar un formulario, y nos pidieron pasaporte y papeles de inmigración para fotocopiar. Nos dieron una lista de cosas que teníamos que hacer y algunas indicaciones específicas al respecto (por ejemplo, para sacar la tarjeta de la seguridad social, y un carnet de conducir). Luego nos llevaron a una sala con compus para que verificásemos nuestra presencia en la uni (¿?). Aproveché para entablar conversación con algunos de los estudiantes (ups, algunas en realidad, con la argentina y una mejicana) para enterarme respecto a una entrevista para un examen de inglés que me habían dicho que tenía que rendir para poder ser TA (Teaching Assistant, asistente de docencia), pero no pude averiguar mucho, excepto que mi departamento debería haberme inscrito ya.

Luego fui a ver a Patty Shields, quien me contó brevemente en qué consistía mi tareas (que les contaré en otro momento), y finalmente me fui al lab, donde estuve imprimiendo más papers. James se ofreció a llevarme de compras, y aproveché para seguir aprovisionando mi casa.

Thursday – Interview with the Vampire

El jueves decidí levantarme temprano. Quería averiguar bien el tema del examen de inglés, y hacer otros trámites, tales como sacar mi tarjeta de estudiante (Student ID), abrir una cuenta de banco, avanzar un poco con el papeleo del TA, y así. Además, habiendo comprado pilas para el GPS, me lo llevé para ayudarme a orientarme un poco mejor en al menos algunos aspectos de mi nueva vida. Fui al MEI (Maryland Institute of English) a averiguar por el examen, y de ahí me mandaron a ver a Lois Reid, de la oficina de graduados del departamento de Biología. Lois (a quien había conocido en abril) me recibió, y se puso a averiguarme lo que necesitaba, para luego mandarme a hablar con la encargada de ponerme en la nómina de sueldos de la universidad y luego con la directora del MEI. Fui a ver a ambas, la directora del MEI me dijo “vení al mediodía”, fui al mediodía y tras esperarla media hora llega y me dice “ah, pero tenías que venir al otro edificio”. “Oh” le dije, y me dijo “no te preocupes, tomá este numerito y andá al otro edificio para que te hagan la entrevista”.

Así que me llegué al otro edificio (el Holzapfel Hall, te encargo la pronunciación), y me quedé esperando con otros ITAs a que me entrevisten. Ahí hice migas con otros que como yo estaban a la espera, en particular con un chino muy buena onda que se llama Juanjo (pero en chino, eh) y una turca (me gusta más “turquesa”) llamada Fátima. Hice la entrevista, eran unas pocas preguntas sobre mi origen y procedencia, y algo sobre docencia. Los resultados nos los daban a las tres de la tarde. Me fui a almorzar, pasé por el lab y luego volví a ver cómo me había ido. Me encontré con todos los que describí antes allí, y con la sorpresa de que mi inglés no les había gustado lo suficiente como para exceptuarme de hacer el examen :( Así que tuve que quedarme a ver como la directora del MEI, muy sonriente, nos explicaba acerca del microteaching, una evaluación que consistía en dar una “miniclase” de 8 minutos sobre un tema a elección ante un tribunal evaluador. Además, al día siguiente tenía un listening.

Mientras, esa mañana también aproveché y saqué la student ID card, y una cuenta bancaria en un banco de lo más cómico por su nombre: Chevy Chase Bank :P

Y a la tarde, medio hinchado las bolas por lo del examen, me vine para casa.

Friday – What the f… did you say!

El viernes me levanté y salí como para llegar al “listening”, previa pasada por el lab a saludar. El listening consistió en llevarnos a una sala con compus, y pasarnos una cinta con 20 preguntas grabadas, simulando preguntas típicas de undergrads, cada una de las cuales oíamos una única vez, y teníamos que escribir la pregunta y una respuesta breve a la misma. Para aprobar el examen, hay que contestar correctamente 16 de las 20. Hubo una en que ni me enteré de qué iba, y al menos un par que escuché más o menos. Así que salí un poco enojado, porque en la vida real, si alguien viene con una papa en la boca, lo normal es pedirle que te repita la pregunta. Luego fui a la biblioteca McKeldin (38°59'9.62"N; 76°56'41.54"W), la más grande del campus (tiene 7 pisos), a buscar un libro de biología de primer año para preparar el microteaching que tengo el lunes, y además para activar mi código de barras del ID de modo de poder meterme en el portal de acceso a e-journals de la uni. Claro que tuve que poner en juego mi experiencia bibliotecaria para encontrar el libro, porque acá usan la clasificación de la Library of Congress y no el Dewey, y estaba un poco complicado ubicarme en 7 pisos (aunque fui derecho al 7mo y eso estuvo bien). Almorcé en el lab y estuve el resto de la tarde buscando papers, hasta que James y yo abandonamos el buque, y me alcanzó a casa. Luego me fui hasta el mall de Prince George Plaza, y me compré más cosas para la habitación (otra almohada, un tacho de basura, cubiertos y cosas por el estilo).

Saturday – A stroll to the lake

El sábado me lo tome con calma. Estuve ordenando papeles y cosas, leyendo papers y vagueando un poco todo el día, y a la tarde decidí salir a caminar en plan “random walk” para ver si llegaba al Artemisia Lake (38°59'5.91"N; 76°55'19.67"W), una laguna que había visto en las fotos aéreas mientras hacía prospecciones con el google maps durante la fase de “buscar casa” antes de llegar. Cómo mi mapa solo me indicaba como llegar hasta la estación de metro de College Park-U of Maryland, desde allí mi ruta fue un tanto divagante, y di un buen rodeo, topándome con el aeropuerto local. Pero al final topé con unas sendas para peatones y bicicletas que me llevaron a la laguna. Un lugar agradable y tranquilo, muy parquizado (toda la senda es estrecha pero pavimentada; alrededor del lago hay diversos bancos y hasta baños), metido en un bosque bastante denso y bonito.

Aproveché para sacar algunas fotos, y tomar un poco de aire (aunque la verdad es que esto no tiene nada que ver con vivir en una ciudad, pero no sé muy bien con qué compararlo). Luego, ayudado por el GPS, emprendí el camino de regreso, previo paso por un super a aprovisionarme de más comida congelada y un postrecín.

Sunday – Hey, that’s today!

Y hoy domingo, me quedé en casa. Según el pronóstico iba a estar nublado, pero amaneció con sol… claro que cuando empecé a pensar en salir, hacían 33ºC, así que me dije “ni en pedo” y me quedé con mi aire acondicionado escribiendo esta super-entrada en el blog. Y hace un ratito cayó un chubasco que duró minutos, y ahora está todo oscurito. Y tras subir esto, voy a ponerme a preparar el dichoso microteaching que tengo que rendir mañana. Ya les contaré

Bueno, si llegaron hasta acá, es porque realmente les importa qué es de mi vida. Y saben que eso siempre es una alegría para mí. Recuerden que pueden usar los comentarios para hacer preguntas o simplemente comentarios (justamente). Saludos!

Nota al pie: si hacen click en las fotos, se ve una versión más grande.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Pasé la tirada de persuasión y me ahorré el gasto.
Seguro que robaste con ese d20 rojo tuyo...

y la azafata me preguntó si era mayor de edad :P
Te tenias que dejar la barbita!!

Chevy Chase Bank :P
Acá vamos a hacer el "Banco Carlitos Balá" y las siglas del banco son EAEAPEPE.

Bue.. por lo que se ve va todo ok. Contá como te fue con el microteaching (o enzeñanza a micros?) :P
Muy bien por las coordenadas, ya te enlazamos al google earth, así que cuidado no te mandes ninguna con bin laden que te manda un nuke.

Pregunta.. tenes un unico ID (impreso me refiero) para acceder a todo?

Saludetes!

Anónimo dijo...

ches, porquê en tu blog mi comentario aparece 6:49PM si lo acabo de mandar y son la 1:45PM?
Lo dejaste en españa?

Anónimo dijo...

¡¡¡¡Me encantan los alrededores de la casa con todo ese verde!!!! ¿Qué onda tus compañeros de vivienda? ¿Quién es James?
Bettylú

Anónimo dijo...

Che Edu, ese lugar está re lindooo! Al final la casa que elegiste parece que fue una buena occión :P

Anónimo dijo...

Bueno bueno, parece que USA te esta tratando bastante bien por ahora. Por lo que contás el barrio donde vivis es bastante traqnuilo, algo bastante alejado a la idea que uno tiene de las ciudades de ese país. Qué tal la gente en general? amables? gordos? entendés el acento cuándo te hablan?

Anónimo dijo...

Se ve muy bien todo por ahí...Estas en los suburbios, donde todo norteamericano quiere estar.
Cómo te fue en el examen?
Besos

Ceci

malemar, contramaestre dijo...

te falta un gato gordo y estas como en
casa
je
Así que mucho de oriente? que bueno, para no sentirse solito.
Mandá foto de la gente que anda con vos (ya sabes, por si hay algún biólogo lindo estudiando pajaritos con vos)
Te quiero y está te seguro que vas a probar el examene para seguir enfrentandote con cheerleaders con potatoes en la boca.

Anónimo dijo...

Si, mandale una foto de James a ver si le gusta...

Eduardo dijo...

Ok, vamos por partes.

Sí, tengo un único ID, la student's ID card, que me permite entre otras cosas, sacar libros de la biblioteca, usar las salas de informática, acceder a los edificios para los que tengo autorización los fines de semana (tiene banda magnética), e incluso "cargarle dinero" para pagar fotocopias más baratas o incluso comprar cosas en los patios de comida y otros lugares de la uni. Además, ese ID está asociado a mi ID de todo el sistema de la uni (usan LDAP) que me da acceso remoto a mi espacio en server, mail, cuenta de la biblio para journals online, WebCT, y registro de clases y cuestiones financieras. One ID to rule them all!

Gracias por lo de la hora, ya lo arreglé.

James es mi compañero de laboratorio, junto con Pat. Está haciendo el doctorado en el mismo programa que yo, y es un tipo muy copado. Pat está haciendo su postdoc con nosotros. El otro estudiante que está ahora en el lab es Daniel, que es undergrad.